La camiseta del colegio más caro de Montevideo está gastada. La tiran a la basura. O la regalan a la empleada doméstica. O la dejan en el contenedor en una bolsita separada de los restos de comida. O la donan a una ong. O se la dan al que golpeó la puerta.
La camiseta del colegio más caro de Montevideo sobrevive porque es de buen algodón.
Un niño sube a vender pastillas de menta en el ómnibus. Luce, limpia y vieja, la camiseta del colegio más caro de Montevideo. Sobre el bolsillo, bordado en hilo verde, el escudo del colegio promociona el derrotero de la injusticia.
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